Apuntes de Macroeconomía I

Esta es una entrada re-subida de diciembre de 2014, ya que la pestaña en donde estaba alojado el documento se suprimió. Corresponde a las notas parciales de un curso de Macroeconomía I. El PDF se puede consultar dando click en el siguiente hipervínculo: Apuntes de Macroeconomía I

El poder del intercambio

Una de las cuestiones que con mayor ahínco se deben defender dentro de una concepción no arbitraria de la vida son los intercambios voluntarios. En el intercambio no solamente está la expresión del valor de las mercancías sino que, socialmente hablando, constituye el reconocimiento mismo de los individuos.

En el intercambio dos individuos, sin ninguna coerción, por necesidad o costumbre se contemplan en condición paritaria para obtener algo del otro. En este punto los dos han ganado algo y han recibido la aceptación del otro. El intercambio es un refugio de la consciencia de nuestra existencia.

De esta manera, impedir un intercambio voluntario no solamente frustra la dinámica de la forma social capitalista, sino que, además, niega la humanidad de un individuo. Entorpecer el intercambio, hay que ser claros en esto, reprime la libertad de los hombres.

Balzac, Piketty y la inflación.

Papa Goriot es una de las novelas más famosas de Balzac, en ella se retrata la sociedad francesa de la época (1819) a través de las historias de los huéspedes de la pensión de la señora Vauquer, en particular, de Eugenio de Rastignac, un joven estudiante de leyes que aspira a abrirse paso en la alta sociedad parisina. Eugenio, quien era un “pájaro de paso” en la pensión, por los azares de la trama terminará ligado al Señor Goriot, un antiguo fabricante de fideos venido a menos, cuyas hijas después de desposarse le han dado la espalda.

La novela es rica en representar la ambición, vanidad, corrupción, los deseos de poder y, en general, la visión patrimonialista de la vida. Pero también en denunciar subrepticiamente la miseria y el abandono. Uno de sus muchos pasajes llamativos es el siguiente:

¿Sabéis cómo sigue aquí cada uno su camino? Por el brillo del talento o por la habilidad de la corrupción. Hay que penetrar en esa masa de hombres como una bala de cañón o deslizarse en ella como la peste. La honradez no sirve de nada. La gente admira el poder del talento, le odia, trata de calumniarlo, porque toma sin compartir; pero se le admira si persiste; en una palabra, se le adora de rodillas cuando no se le ha podido enterrar bajo el barro. La corrupción es fuerte, el talento es raro. Así, la corrupción es el arma de la mediocridad, que abunda, y por todas partes sentiréis su influencia. Veréis a mujeres cuyos maridos tienen seis mil francos de sueldo y que gastan más de diez mil francos en arreglarse. Veréis a empleados con mil doscientos francos comprar tierras.

Existe otro aspecto que también llama la atención en la novela; la cita anterior, por ejemplo, cierra con referencias monetarias, algo que es una constante a lo largo del libro y que el autor utiliza, por lo general, para dejar clara la posición socio-económica de los personajes. A modo de ilustración, cuando se enuncian los precios de la pensión y se deja saber que las habitaciones del primer piso (las mejores) tienen un costo de 1800 francos anuales, las del segundo 1200 francos anuales y que en el tercer piso se alojan aquellos que no pueden gastar más de 45 francos mensuales “en su sustento y su alojamiento”, Balzac escribe:

Esta pensión tan barata, que sólo se encuentra en el barrio de Saint–Marcel, entre la Bourbe y la Salpetrière, y de la que constituía excepción la señora Couture, revela que estos huéspedes debían hallarse bajo el peso de desgracias más o menos manifiestas.

Otro sencillo ejemplo es que la finca de los Rastignac que rentaba 3000 francos anuales (de los cuales se le enviaban 1200 a su hijo), contrasta, nada más, con el carruaje de unos 30000 francos con el que se encuentra Eugenio al dirigirse al hotel de Beauséant.

Hoy día esto es una rareza, no recuerdo un libro que se enfoque en ilustrar la riqueza y la pobreza, el lujo y la miseria, a través de referencias monetarias tan detalladas; por lo general, este problema se salva con una descripción de los bienes o una cuantificación de las extensiones de los terrenos de los personajes; esto es así, porque si un autor se decantara por narrar su novela de esa forma, seguramente a la vuelta de unos veinte años el relato estaría desactualizado, y los lectores lo juzgarían como inverosímil debido a que, por efectos de la inflación, los 1000 euros de hoy no serán iguales a los 1000 euros veinte años en el futuro.

Lo anterior remite a la pregunta sobre cómo se comportaban los precios en la Francia del siglo XIX. Piketty, en “El capital en el siglo XXI”, escribió sobre esto y, de hecho, afirma que dada la estabilidad de los precios en los siglos XVIII y XIX, “la inflación fue un invento del siglo XX”. Las variaciones en el nivel de precios de esta época generalmente se compensaban y, como resultado de esto, la inflación no era algo significativo; aproximadamente se ubicó, en promedio, entre un 0.2% y 0.3% anual para los periodos comprendidos entre 1700-1820 y 1820-1913.  De esta manera, es más sencillo comprender el motivo por el cual un autor de esta época utilizaba referencias monetarias como un recurso literario más: eran sumamente estables y de público conocimiento.

inflación piketty

Sin embargo, esto llegó a su fin, Piketty también escribe acerca del “final de las referencias monetarias en el siglo XX” como consecuencia de las secuelas de la primera guerra mundial: el final del patrón oro y la emisión monetaria para cerrar los déficits fiscales. Además, de las dinámicas propias de la posguerra (1950 – 1970), que llevaron a la inflación a promedios del 10% para el Reino Unido, 8% para Francia, 6% para Estados Unidos y 4% para Alemania.

Veamos ahora un indicador aproximado de la importancia social de la inflación, Google Ngram es una herramienta que analiza millones de libros escaneados y permite encontrar la frecuencia relativa con la que ha aparecido una palabra en la literatura. Al realizar la búsqueda para “inflation”, se encuentra un comportamiento similar a la gráfica de los niveles de precios construida por Piketty. La frecuencia relativa de aparición de la palabra “inflation” fue ínfima en el siglo XIX, algo que cambió al avanzar el siglo XX, concretamente después de la primera guerra mundial, y se aceleró entre los setenta y ochenta del mismo siglo, lo cual coincide, entre otras cosas, con los choques en los precios del petróleo de esa época.

inflacion ngram

Si asumimos que la frecuencia con la que aparece una palabra en la literatura (académica y no académica) representa de cierta forma la preocupación de la sociedad por esta, a partir de Google Ngram es posible constatar lo mismo que escribió Piketty, pero teniendo como base solamente al siglo XIX: la inflación fue un problema de profundo estudio a partir del siglo XX.

La integración económica suramericana

El capítulo V del libro «Desarrollo, vaivenes y desigualdad. Una historia económica de américa latina desde la independencia», de los profesores Luis Bértola y José Antonio Ocampo, se centra en las principales transformaciones en materia económica que acontecieron en Latinoamérica entre 1980 y 2010, caracterizadas por un giro discursivo y práctico en la forma como se debía conducir el desarrollo económico de los países de la región que, desde ese momento, se enfocarían en lograr una inserción real al mercado mundial en un contexto de globalización.

Para los autores el detonante de dicho giro fue la crisis de deuda de los años 80 del siglo XX; desde este punto se parte para explicar los cambios que debieron asumir los gobiernos latinoamericanos como parte de las recetas proveídas por los organismos multilaterales mundiales y el famoso Conseso de Washington para lograr la estabilidad macroeconómica de los países.

Una frase interesante del capítulo es la siguiente:

“Otro ingrediente que provino claramente del mundo político fue el apoyo a la integración económica regional, que entraba en abierto contraste con las visiones ortodoxas que reclamaban la apertura comercial unilateral […] En materia comercial, el sello más claro y uniforme de la izquierda ha sido, sin embargo, su fuerte rechazo a los tratados de libre comercio y el apoyo a la integración regional”
(pág. 267,269)

Es interesante pues advierte que la integración regional se ha promovido más bien desde la esfera política y no como una necesidad u oportunidad en materia económica. En ese sentido, pareciera que los organismos multilaterales de corte regional adoptaron como función principal la de ser contrapesos ideológicos a las políticas ortodoxas de liberalización comercial, en lugar de servir real y efectivamente como mecanismos de unidad suramericana.

En este punto se deben destacar proyectos eminentemente políticos como la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y la Alternativa Bolivariana para los pueblos de nuestra América (ALBA) que han demostrado ser ineficaces como mecanismos de integración y control político regional.

De otro lado, se encuentran dos proyectos que, al menos en el papel, se centran en lo económico; en primer lugar MERCOSUR, que entró realmente en funcionamiento a principios de siglo XXI bajo el paraguas de los gobiernos de izquierda de Brasil y Argentina, esta orientación política animó a Venezuela a ingresar a la organización y seguramente ha repelido a otros como Chile. El segundo ejemplo se encuentra en la Alianza del Pacífico, proyecto que reúne a Chile, Colombia, México y Perú a los cuales se les identifica con gobiernos de «derecha», lo que ha motivado que países como Ecuador se mantengan al margen de la organización. De esta manera, los esfuerzos por la integración económica desafortunadamente se han visto torpedeados por la disputa ideológica (política) que persiste en la región. La conformación de los organismos multilaterales regionales lejos de su propósito inicial han exacerbado las divisiones políticas entre las naciones.

 

Licencias de maternidad

Las licencias por maternidad inicialmente se plantearon como un mecanismo para proteger la salud de las madres y sus hijos, no como un derecho laboral. Sin embargo, con el avance los Estados de bienestar en Europa y la reivindicación de las mujeres en todas las esferas de la sociedad, dichas licencias se convirtieron en un instrumento permanente en la legislación laboral de varios países.

En la actualidad, este mecanismo se asume como un derecho que, incluso, se ha extendido a las parejas (licencias por paternidad) y al que se le ha añadido otra serie de beneficios como son: garantizar la continuidad del cargo en el que se desempeñaba la madre antes de dar a luz, el fuero de lactancia que prohíbe el despido de las mujeres mientras sus hijos se encuentren en periodo de amamantamiento, entre otras.

Hoy día se pueden encontrar dos grandes rasgos de las licencias de maternidad/paternidad que varían dependiendo del tipo de país. Por un lado, en aquellos países que cuentan con altas tasa de fecundidad, generalmente las licencias no son obligatorias o no son remuneradas, por otro lado, en los países con bajas tasa de fecundidad, la principal característica es que las licencias abarcan periodos más largos, son remuneradas y, además, se encuentran en el marco de políticas familiares.

En Colombia estas licencias aparecen en 1938, en ese entonces se les fijó una duración de ocho semanas, posteriormente hubo tres reformas en las cuales el periodo de disfrute de la licencia se amplió: en 1993 pasó a 12 semanas, en 2011 a 14 semanas y, finalmente, en 2016 se estableció una duración de 18 semanas. Estos incrementos en las semanas de la licencia se llevaron a cabo sin tener estudios (para el caso colombiano) que midieran los efectos que se producirían sobre el mercado laboral.

Lo anterior es importante ya que una de las principales críticas que se le achaca a las licencias de maternidad es que pueden empeorar la condición de empleo de las mujeres y, en particular, de las madres, debido a que encarece los contratos y, además, mientras se separan del cargo podrían generar depreciación del capital humano de las empresas, razón por la cual un incremento en las semanas de las licencias reforzaría los sesgos de contratación en contra de las mujeres.

En un trabajo reciente de Julio Romero se estudia la decisión tomada en el 2011 de aumentar en dos semanas el periodo de las licencias de maternidad, la cual se tomó como un cambio exógeno a la decisión de cuándo tener un hijo. El autor encontró que las mujeres que obtienen licencias, en promedio, perciben mayores ingresos que aquellas mujeres que no obtienen licencias, sin embargo, cuando se compara con los hombres, el hecho de ser mujer y obtener una licencia de maternidad está relacionado negativamente con los ingresos.

El cambio en la política pública de aumentar en dos semanas el periodo de las licencias no cambió radicalmente la supervivencia en el mercado laboral de las mujeres, es decir que las mujeres continuaron vinculadas a las empresas durante la licencia y después de su finalización. No obstante, se observó que después de 12 meses de haber terminado la licencia pocas mujeres pueden conservar el empleo. En síntesis el aumento moderado en el periodo de la licencia no deterioró la duración del empleo de las madres, aunque existe un riesgo mayor de perder el empleo luego de tercer trimestre, también hay una mayor probabilidad de retenerlo en el largo plazo.