La iguana muerta y otras historias que no pude contarte

Hace unos días leí “La iguana muerta y otras historias que no pude contarte” de la escritora caleña Laura Aguirre. El libro lo leí de un solo tirón, embebido por la atractiva serie de narraciones breves que conforman el libro, y el bello uso de recursos como la personificación y el símil, que me llevaron por una amalgama de poesía, música y medicina. El libro relata pequeñas historias de recuerdos y expectativas, de rutinas y encuentros fortuitos. Estos frecuentes antagonismos condensan lo que, al final de cuentas, se podría definir como historias de amor y desamor.

Laura, además de ser escritora, también es médica, por lo que su formación en medicina ejerce una clara influencia a lo largo del libro. Así, podemos encontrar frase como “las células de mi epidermis ya te olvidaron” o comparaciones del desamor con los tipos de paludismo de los que se padecen en el trópico. Este es un fino toque, que le da un brillo adicional a las historias. En algunos cuentos se combinan la medicina y los relatos de amor con tanta fluidez, que a veces uno se siente leyendo el diario íntimo de alguien y, después, sin notarlo, una historia clínica. Quizás, porque me gusta pensar que hay poesía en todos los ámbitos disciplinares, desde la medicina (como Laura) hasta en la economía (a lo que me dedico), es que eso fue lo que más me gustó del libro.

Finalmente, Laura nos deja en el aire una pequeña banda sonora, ¿Qué es el amor y el desamor sin la música?, compuesta por canciones de Jorge Drexler, Julio Jaramillo y la efervescente salsa caleña en una feria de la ciudad. Esta música aportan ritmo y contexto a las historias y permite que los lectores las recordemos y cantemos.